Viajar a Barcelona
Barcelona, una ciudad refrescada suavemente por la brisa mediterránea, resume todo lo que significa el temperamento del Mediterráneo: belleza, animación, actitud cosmopolita y una gastronomía de nivel internacional.
Construida en un lugar privilegiado de la península ibérica, fue la «hija preferida» del Imperio Romano para trazar una agitada historia que culminó con una brillante época de esplendor en el siglo XIX, que se vio violentamente interrumpida por la Guerra Civil española.
Por ello, sus tesoros arquitectónicos, que en gran parte la definen como ciudad-museo, cuentan con 2.000 años de historia. La ventana al pasado romano que abren las antiguas murallas da a la Edad Media y al célebre barrio gótico, con sus sombrías callejas y sus inmensas catedrales.
La espectacularidad de Antoni Gaudí dialoga con las demás obras maestras del modernismo en el Eixample y todas juntas dan el relevo a Joan Miró y Pablo Picasso, cuyas obras fueron bautizadas en Barcelona.
Los Juegos Olímpicos de 1992 fueron una oportunidad aprovechada por Barcelona, que se modernizó de manera excepcionalmente funcional. Su mejor regalo fue la apertura de un frente costero de 15 kilómetros del que desde hace 25 años disfrutan residentes y visitantes.
Cuando el sol del Mediterráneo inunda la ciudad, bañarse en las playas se convierte en un placer cotidiano y pasear en bicicleta en toda una institución. Los paseos por los vergeles de Collserola y Montjuïc, encaramados en las colinas, le transportarán de inmediato de la ciudad a la plena naturaleza, con una vista panorámica en cada vuelta del camino.
Barcelona vuelve a llamarle. Esta vez porque su cocina está que arde. La tradición de la gastronomía catalana está asistiendo a nuevos tesoros de creatividad, que a su vez pasan el relevo a la escena nocturna de la ciudad. Barcelona no duerme nunca.
Reserve sus billetes de avión a Barcelona a través de la página de Olympic Air y aterrice en el ardiente corazón de Cataluña.