Viajar a Citera
La variedad del paisaje tsirigotiko (de Citera) no tiene rival. Cerigo, como la llamaban los venecianos, concentra el entorno natural y la riqueza de las playas de las islas del mar Jónico, tiene indicios de la arquitectura propia del mar Egeo y muchos elementos procedentes de Mani, el lugar que se encuentra más cercano de la isla.
Las peculiaridades que coexisten en la isla la hacen animada sin ser multitudinaria, y enriquecen de manera excepcional su ya particular carga energética, que ningún visitante logra explicar pero todos comparten tácitamente.
Las imágenes alternan bruscamente las rocas salvajes con los pequeños valles y las laderas pobladas de vegetación, las cataratas paradisíacas, las gargantas donde vivir la aventura y el mar de aguas transparentes.
Desde Chora, encaramada al sur de la isla como toda genuina ciudad-fortaleza veneciana, hasta Avlemonas, donde sopla la brisa del Egeo, la encantadora Kapsali con su emblemático faro, y Mylopotamos, una de las más extraordinarias muestras del interior de Citera, la isla invita a ser descubierta.
Los pueblos, los monumentos, los castillos, las cuevas, la naturaleza, cualquier lugar de Citera cobija una experiencia excepcional e irrepetible.