Viajar a Leros
En el extremo sureste del Egeo se esconde la isla más auténtica del Dodecaneso. Con una extensión de apenas 53 km. pero una línea costera que sobrepasa los 70 km., Leros es uno de los últimos paraísos donde escaparse en el Egeo en busca de tranquilidad.
Preservada conscientemente del turismo de masas a lo largo del tiempo, es ideal para unas vacaciones especiales en familia o, sencillamente, relajadas. Isla habitada desde la más remota Antigüedad gracias a su suave morfología – ya que su nombre procede del griego antiguo «leuros», que significa uniforme –, está vinculada por la mitología a la diosa Artemis, que la eligió para establecer su templo. Está llena de tesoros ocultos y se caracteriza por su riqueza histórica a través de los siglos.
El paisaje está compuesto por colinas poco elevadas y grandes extensiones de campo que llegan hasta el mar, dando lugar a acogedoras calas y puertos al resguardo de los vientos. Lakki se distingue como el mayor puerto natural del Mediterráneo - y por ello la isla ha desempeñado, a lo largo del tiempo, un papel importante en los conflictos bélicos.
Pequeñas y cuidadas poblaciones tradicionales de pescadores determinan la impronta de sus construcciones, playas pintorescas de aguas limpias a la sombra de pinos y tamarindos, y los emblemáticos molinos de viento en lo alto de Plátanos que ofrecen una vista insuperable de toda la isla y el mar abierto.
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