Organice su viaje a Lisboa
Construida sobre siete colinas, la capital de cuento de hadas de Portugal combina la vitalidad cosmopolita de una gran ciudad moderna con un de otros tiempos.
En sus paseos encontrará los orgullosos tranvías amarillos y rojos sacados de postales de otra época, calles estrechas y empedradas de adoquines y edificios cubiertos con coloridos mosaicos y los famosos azulejos (hay un museo sobre ellos en el distrito de Alfama - Rua de Madre de Deus 4, Lisboa, www.museudoazulejo.pt). Además, hay muchos bares en Alfama donde se toca la típica y melancólica música portuguesa, el fado.
Una parada obligada para tomar un café es en la cafetería A Brasileira, uno de los cafés más históricos y populares de la ciudad, una vez lugar de reunión literaria, en la Plaza de Chiado, cerca de la universidad. Su fachada Art Nouveau en verde y su diseño interior con barra de roble, barandillas de bronce, techo abovedado con candelabros y grandes espejos en las paredes, hacen referencia a otra época. A la puerta del café está la estatua de bronce de Fernando Pessoa, sentada a una mesa. La silla de bronce vacía al lado invita a los turistas de la ciudad a tomarse fotos.
Lo que no tiene lugar en Lisboa son los tacones. Las calles empedradas y las empinadas cuestas requieren un calzado plano, o mejor deportivo.
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